"(...) Así es como fue configurándose la necesidad de organizar y desarrollar labores de Inteligencia. Fue un coronel de caballería quien dio el primer y decisivo impulso a esta tarea: Juan Bossio Collas. Este oficial había estado en Fort Holabird y, además, fue un notable instructor en la Escuela Superior de Guerra, en donde tuvo como alumnos más cercanos a los jóvenes oficiales --que luego serían parte del ala radical del gobierno reformista-- que condujeron las fuerzas armadas desde 1968, como Jorge Fernández Maldonado, Leonidas Rodríguez Figueroa, Rafael Hoyos Rubio, Luis La Vera Velarde, Raúl Meneses Arata, entre otros.
El coronel Bossio fue destacado como agregado militar a las embajadas peruanas de México y Bolivia, precisamente para conocer lo que estaban planeando los potenciales insurrectos que se hallaban en estos países. En 1958 fue nombrado como jefe del Segundo Departamento de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército. Luego se crearía la Escuela de Inteligencia del Ejército, con lo que la parte organizativa del servicio quedó expedita."
El coronel Bossio fue destacado como agregado militar a las embajadas peruanas de México y Bolivia, precisamente para conocer lo que estaban planeando los potenciales insurrectos que se hallaban en estos países. En 1958 fue nombrado como jefe del Segundo Departamento de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército. Luego se crearía la Escuela de Inteligencia del Ejército, con lo que la parte organizativa del servicio quedó expedita."
Tomado de Los servicios de inteligencia: la historia que se resiste a morir / Eduardo Toche. Desco / Revista Quehacer Nro. 155 / Jul - Ago. 2005 (ver texto completo)

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